amo el canto del zenzontle,
pájaro de cuatrocientas voces,
amo el color del jade
y el enervante perfume de las flores,
pero más amo a mi hermano, el hombre.
***
me siento fuera de sentido,
lloro, me aflijo y pienso,
digo y recuerdo;
¡oh, si nunca yo muriera,
si nunca desapareciera!
¡vaya yo donde no hay muerte,
donde se alcanza victoria!
oh, si nunca yo muriera,
si nunca desapareciera...
nezahualcóyotl
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