7. poesía en minuto: en paz.


muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida, 
porque nunca me diste ni esperanza fallida, 
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida; 
porque veo al final de mi rudo camino 
que yo fui el arquitecto de mi propio destino; 
que si extraje la miel o la hiel de las cosas, 
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas: 
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.

cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno: 
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

hallé sin duda largas noches de mis penas; 
mas no me prometiste tú sólo noches buenas; 
y en cambio tuve algunas santamente serenas...

amé, fui amado, el sol acarició mi faz. 
¡vida, nada me debes! ¡vida, estamos en paz!



amado nervo.

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