bosques de alta montaña,
aire embriagado de flor,
estrellas de luz atenuada,
templos a manos de amor.
tus calles son tantos siglos,
tus siglos como el ruiseñor;
cantando siempre el recuerdo
de todos los días del sol.
en ti nace la magia,
en ti nació este amor;
comprender a la vía láctea
como un sueño para los dos.
no hay pueblo más vivo que el tuyo
ni caminos que me guíen al temor,
san cristóbal de las casas,
en tu centro dejo yo a mi corazón.
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