4. ¿y cómo es?... campeche.


mis pies en ti fueron pequeños,
tu sol no quemó mi piel,
sonreí con los tonos de tus gaviotas
y mis manos, de mares, se hallaban llenas.

tus mares, 
tan honestos
tan sinceros,
de arena entre 
blanco y rosa.

tus mares
de amistad
y  silencio,
rociaban la tarde
de sal espumosa.

mis ojos pusieron 
su primer atardecer en tu cielo,
tu cielo puso su tarde roja de siempre
para mi tiempo primero,
y creo que entonces me hiciste feliz,
gentil campeche de nubes sin fin.


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